viernes, 2 de octubre de 2015

Grandes películas con pequeños detalles

Tristemente la traducción es un campo que muchos ven inútil frente a la posibilidad de entender el original tal y como se concibió. Sin embargo, esto acarrea una verdad aún peor, el peso de la cultura en las diferentes creaciones y, en este caso, en las audiovisuales. He ahí la necesidad del papel del traductor, qué en el caso de que el conjunto de lenguas fuese un río y en los extremos estuviese la comprensión de una u otra, además de las diferentes culturas, el traductor sería el barquero. 
Mi primer ejemplo de una gran película, muy compleja pero absolutamente bella, sería Big Fish. Esta obra de principios del 2000, que narra las aventuras de Edward Bloom a lo largo de su vida, está cuidada hasta en los apellidos de los personajes ( Bloom: florecimiento, crecimiento) o en el título, que a pesar  de que podamos creer que se refiere al pez que aparece en un momento de la película, se refiere a ser un "gran pez" entre peces pequeños, así como otros muchos simbolismos. 
Ya hablaré otro día de la traducción de títulos o de diálogos en series. 
Como me considero una gran amante del cine y de la traducción creo que a veces, y no solo a veces, está bien reflexionar sobre porque han tomado decisiones al grabar una toma de una manera u otra al igual por qué se ha traducido de una forma determinada. Cada uno es libre de pensar lo que quiera, en la lengua la mayoría de las veces no existen verdades absolutas.
Un saludo y tened un gran fin de semana. 

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